juegos tradicionales la pilindrina
la pilindrina :
Cada jugador representa un «alma» que va en tránsito desde la Tierra hasta el Cielo, por lo tanto debe realizar su recorrido por un trazado tortuoso similar al que se observa en las siguientes imágenes, trazado que generalmente es dibujado con una tiza en el suelo según diferentes dimensiones o variaciones acordadas previamente entre los jugadores.
Consta de tres cuadros (cajones) longitudinales, tres transversales (alas). El dibujo completo da la impresión de una cruz. Esta se dibuja con tiza (yeso) en el suelo o en la tierra. El tamaño puede oscilar entre los dos o tres metros de largo total y los cajones pueden tener las dimensiones que las jóvenes decidan. Esta actividad lúdica es bastante compartida entre niños de ambos sexos, no sin cierto predomino de las niñas.
En los barrios es apreciable en su variante más común, es decir, a partir de un diagrama dibujado en el piso, hacia el que los niños lanzan una lata escachada, tratando de alcanzar los recuadros que le componen de forma progresiva.
De lograr ese propósito deberán avanzar en un solo pie a los cuadros siguientes y regresar en ese orden hasta el principio y salir. De caer la lata sobre la raya o fuera del recuadro pretendido, cederán los jugadores su turno al próximo competidor. La similitud del gráfico con un avión le da nombre al juego.
Otras variantes como "El nueve" y "El caracol", aparecidas en "Juegos Cubanos", En el caso descrito ganará el que habiendo lanzado la lata al recuadro doce, vaya hasta aquel y tras sacarla, logre descender al primero.
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